Introducción a los peinados de la Antigua Roma
La antigua Roma, una época de elegancia y belleza, nos ha dejado un grandioso legado en términos de moda y estética, entre lo cual se destaca la sofisticación de sus peinados. Este arte, que ha trascendido durante miles de años, es un testimonio claro de la dedicación de las mujeres romanas al cuidado personal y su paso por el espejo antes de cualquier evento público.
La importancia de los peinados en la Antigua Roma
No sólo eran una mera expresión de belleza, sino también una herramienta de estatus social. Las mujeres de la alta sociedad pasaban horas en manos de peluqueras y esclavas para diseñar artefactos de peinados únicos y llamativos. El rizo romano, una técnica popular, consistía en hacer rizos con un hierro caliente, que luego se colocaban estratégicamente alrededor de la cabeza.
Diversidad y sofisticación
Existía una gran diversidad en los peinados de la antigua Roma, pudiendo ser desde sencillos hasta extraordinariamente complejos. Algunas mujeres optaban por el seni crines, que implicaba la división del cabello en seis trenzas que posteriormente se anudaban en un moño en la parte trasera de la cabeza. Otro peinado, el ornatrix, era sinónimo de riqueza y lujuria, requiriendo habilidades especiales para emplazar con precisión gemas y perlas en el cabello.
La influencia de los peinados romanos en la actualidad
Los peinados de la antigua Roma continúan influyendo en la moda del cabello hasta el día de hoy. Los desfiles de moda y las alfombras rojas a menudo exhiben reminiscencias de estos estilos, y los estilistas continúan recurrir a los peinados romanos para crear obras de arte para el cabello que resulten atemporales y elegantes.
Los peinados femeninos en la Antigua Roma
En la Antigua Roma, los peinados para mujeres eran una expresión importante de su identidad y estatus social. Las mujeres romanas solían llevar el cabello largo, pero el estilo y el arreglo variaban según la moda, edad y clase social. El cabello suelto y largo era común entre las jóvenes no casadas y se consideraba simbólico de pureza y castidad.
Peinados en la Alta Sociedad
En contraste, las mujeres de la alta sociedad y las matronas romanas a menudo llevaban peinados elaborados. Durante el imperio temprano, era popular un peinado llamado Senum, que consistía en trenzas ajustadas al cuero cabelludo, recogidas en la parte superior de la cabeza en forma de moño. Algunas mujeres incluso se teñían el cabello, preferentemente de rubio, usando polvo de oro o decolorantes hechos de lejía de madera.
Peinados en el día a día
Para las actividades cotidianas, las damas romanas preferían peinados más prácticos, pero aun así elegantes. Las trenzas eran comunes, al igual que los moños bajos y los recogidos sencillos. Estos estilos se enfocaban en mantener el cabello fuera de la cara, permitiendo la libertad de movimiento mientras se realizaban las tareas del día a día.
Influencias Externas
Los estilos de peinado romano no eran inmunes a las influencias externas. Las modas cambiaban a menudo, influenciadas por las costumbres y tendencias de las regiones conquistadas. Uno de los estilos más populares que mostraban esta influencia era la melena a la partisana, que consistía en un peinado con mechones sueltos y rizados, inspirado por los estilos de Grecia.
Los peinados masculinos en la Antigua Roma
En la antigua Roma, los peinados eran un reflejo del estatus social, la ocupación y la edad. Los hombres romanos, por lo general, preferían los estilos de peinado cortos y limpios, especialmente los pertenecientes a las altas esferas de la sociedad. Por lo contrario, los esclavos y los pobres solían tener el cabello largo debido a la falta de acceso a las comodidades para el cuidado del cabello.
Pelo corto y afeitado
El pelo corto y afeitado era un símbolo de la libertad en la Roma antigua. Originalmente, los romanos siguieron la tradición griega de llevar el cabello largo y la barba, pero con la influencia del militarismo y a medida que Roma se indrustrializó, la moda cambió. Los hombres romanos de posición empezaron a llevar el cabello muy corto y afeitado como un signo de civilización. Asimismo, era muy común que los hombres romanos llevaran la cabeza completamente afeitada.
Rizos a la César
Julio César, uno de los líderes más influyentes de la Antigua Roma, introdujo un estilo propio y distintivo, conocido como rizos a la César. Este style solía consistir en un corte bastante corto con flequillo recto en la frente. Este peinado se hizo enormemente popular y permaneció a la moda incluso después de la muerte de César. Muchos hombres romanos adoptaron este peinado en tributo a Julio César o para mostrar su apoyo a sus políticas.
Perucas
Aunque menos común, algunas personas de la clase alta en la sociedad romana utilizaban perucas. Estas eran con frecuencia utilizadas para cubrir la calvicie o para cambiar su color de pelo, generalmente a rubio. Las perucas eran consideradas un lujo y eran muy caras, por lo que sólo las podían permitirse aquellos con una gran riqueza.
Influencia de la Antigua Roma en los peinados modernos
La Antigua Roma ha dejado una huella indeleble en casi todos los aspectos de la cultura occidental, y los peinados no son una excepción. Las damas romanas, en particular, destacaron por su creatividad con los peinados, adoptando una amplia gama de estilos intrincados que aún influyen en las tendencias modernas.
Muchas mujeres hoy en día, por ejemplo, optan por trenzas, rizos o recogidos, una moda que floreció en la Antigua Roma. Un ejemplo es la corona de trenzas, un peinado en el que el cabello se divide y trenza, luego se envuelve alrededor de la cabeza en forma de corona. Este estilo, muy popular entre las matronas romanas, ha evolucionado a lo largo de los siglos y sigue siendo una opción favorita para ocasiones especiales y para el día a día.
Peinados romanos inspirados por la mitología
Los romanos no solo se inspiraron en la moda y la estética para sus peinados, sino también en su rica mitología. Muchas diosas romanas se representaban con peinados específicos que se han reimplementado en la moda actual. Por ejemplo, el peinado de la diosa Venus a menudo se describía como suelto y ondulado, algo que se ha convertido en una tendencia imperante en las temporadas de primavera y verano.
La influencia directa de Roma en los peinados de los hombres
La influencia de la Antigua Roma también se ve en los peinados masculinos modernos. Por ejemplo, la moda en Roma era que los hombres llevasen el cabello corto y afeitado, similar a muchos estilos masculinos contemporáneos. Además, es destacable la influencia del corte César, un peinado corto y directo, a menudo acompañado de una corona de laurel. Este estilo, nombrado por Julio César, ha tenido múltiples remakes en el siglo 21, demostrando que la influencia del Imperio Romano en la moda del cabello todavía está muy presente.
Cómo recrear peinados de la Antigua Roma en casa
Los peinados de la antigua Roma eran tanto una declaración de moda como de estatus social. Para empezar, es vital entender que los peinados romanos a menudo estaban marcados por trenzas, rizos y volumen.
Los utensilios necesarios
Para recrearlos en casa, necesitarás algunos utensilios básicos: Un peine, horquillas, un rizador o plancha para crear ondas, y gomas de pelo. También será útil tener un espejo de mano para poderte ver desde diferentes ángulos. Se requiere de un poco de paciencia, como cualquier otro peinado que estés probando por primera vez.
Peinado Romano Básico
Comenzaremos con un peinado romano básico que es bastante fácil de recrear. Primeramente divide tu cabello en tres secciones – una en la parte posterior de la cabeza, y dos en los lados. Los romanos tendían a trenzar o rizar las secciones laterales de su pelo, así que aquí puedes hacer lo mismo. Una vez que las secciones laterales estén listas, puedes enrollarlas alrededor de la sección posterior de tu cabello, que habría sido dejada y recogida en un moño. Asegúrate de asegurar todo con horquillas.
Peinado Romano Avanzado
Si buscas un desafío, puedes probar un peinado más avanzado. Los romanos a menudo dejaban una sección de su cabello suelto en la parte de atrás, mientras la otra se retorcía o rizaba y se recogía en la parte superior del cabello. Este peinado no solo se ve sofisticado, sino que también refleja parte de la estética romana.
Redactor de contenidos y apasionado de la historia. Aficionado al estudio de la edad media y la leyenda negra española